Quizá la pregunta que más nos hicimos a lo largo de semana pasada fue si sería posible ver el eclipse de Sol más importante que podría verse desde Granada en veinte años. En un invierno en el que las lluvias no han sido especialmente abundantes, el mal tiempo seco amenazaba al, por ahora, fenómeno astronómico del año. Toda la semana hemos estado pendientes de los pronósticos del tiempo y la mañana del viernes, minutos antes de que comenzara el eclipse, incluso se cumplían y una fina lluvia hacía presagiar lo peor. Afortunadamente, sobre las nueve de la mañana las nubes comenzaban a apartarse para dejar paso a un Sol que progresivamente iba siendo cubierto por la Luna.
Era el momento de comenzar nuestra actividad y salvo algunos minutos en los que las nubes taparon al Sol, fue posible la observación del eclipse durante las dos horas que duró.
A lo largo de este tiempo, gran parte de los miembros de la comunidad educativa pasó por nuestras pistas deportivas donde, con instrumentos sencillos, pero no por ello poco eficientes pudimos ver el fenómeno en todo su esplendor y con la seguridad necesaria.
El eclipse se siguió mediante la proyección del mismo a través de unos prismáticos. Igualmente se utilizaron instrumentos tan aparentemente poco ortodoxos como una paleta
de cocina o un espejito. La primera nos daba múltiples imágenes del
mismo; por el contrario con el espejo se proyectaba sobre las paredes
cercanas una imagen del Sol tapado por la Luna. También se ha contó con filtros adecuados para la observación directa del mismo, como filtros homologados de soldadura o gafas para eclipses, aunque en
estos casos se insistía en mirar únicamente durante unos segundos.
En las semanas previas al eclipse habían
circulado por algunos medios de comunicación noticias relacionadas con
una pérdida importante de producción de energía eléctrica fotovoltaica
debido al oscurecimiento del Sol por el paso de la Luna. En nuestro departamento diseñamos un
experimento para comprobar tal circunstancia que ha consistío en que
nuestro alumnado midió la producción de energía eléctrica por una plata fotovoltaica orientada hacia el Sol; en el registro se anotaba la hora, el voltaje de la corriente eléctrica producida medida con un polímetro y se hacía constar si el sol estaba tapado por las nubes.
Nuestros resultados nos permitieron concluir que, al menos desde Granada, el eclipse no afectó significativamente a la producción de energía eléctrica; de hecho se observaba una caída similar o incluso mayor en la producción cuando el Sol era tapado por las nubes.
Por último la actividad se ha acompañó de la construcción por parte del alumnado de primero de ESO de maquetas
del sistema Sol Tierra Luna que permitieron una compresión adecuada del fenómeno de los eclipses así como de
cámaras oscuras para su observación segura.
A pesar de los malos pronósticos, finalmente fue posible la observación del eclipse prácticamente a lo largo de toda
su duración. Para muchos de nuestros alumnos y alumnas probablemente era la primera vez que observaban directo tal fenómeno, viviendo algo que hasta ahora tan solo conocían por sus libros de texto. Indudablemente, una experiencia inolvidable que nuestros estudiantes
tardarán algo más de diez años en poder repetir, al menos desde Granada. Y por eso que es única animamos a todos los miembros de nuestra comunidad educativa que nos acompañaron en la observación del eclipse a que dejen sus impresiones como comentarios a esta noticia de nuestro blog.
Reportaje en Granada Hoy.