Tras treinta años en el instituto ha llegado el momento de que Ramiro Suñer, nuestro Ramiro, pase a esa feliz nueva etapa de su vida que es la jubilación. Con él he compartido estos últimos once años y quiero reconocer, desde este blog dedicado a la ciencia, su labor y su dedicación a la actividad científica que realizamos en el instituto. Gracias a él, y también al resto de nuestros compañeros de la conserjería del centro, nuestras actividades y nuestros proyectos han salido adelante y se han resuelto con esa seguridad que solo nos podía dar Ramiro.
Y junto a la despedida que le hemos tributado los compañeros he querido tener una más personal, más íntima desde este, nuestro laboratorio, del que también ha formado parte y ha sido de gran ayuda. Y nos decimos hasta siempre con un par de fotos, con situaciones con las que siempre hemos bromeado: con la posibilidad de mandar a Marte a alguien o con la necesidad que tenía Lucas, nuestro esqueleto, de algunos retoques estéticos.
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