Hoy hemos dado comienzo al proyecto que nos va a acercar a conocer el planeta rojo y a explorar la posibilidad de que algunos de nuestros microorganismos candidatos a habitar exoplanetas pudieran sobrevivir en el ambiente marciano. Nuestra sesión inicial ha sido en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (IACT, CSIC). Nuestro primer objetivo era conocer si las rocas volcánicas que hemos adquirido para simular el suelo marciano se asemejan a la composición mineralógica y geoquímica del suelo del planeta rojo. Previamente habíamos llevado muestras de los dos tipos de rocas que se podían diferenciar de visu entre las que habíamos recibido, unas de color rojizo y otras de un grisáceo oscuro.
Almudena Urbano, Maribel González -de primero de ESO B- junto a Candela del Castillo, Noemí Castillo, Pablo Delgado, Nuño Gutiérrez -de cuarto de ESO A- y los profesores que los hemos acompañado hemos sido amablemente recibidos por la doctora Concepción Jiménez de Cisneros, responsable de divulgación del IACT. Seguidamente hemos tenido la sesión con el doctor Alberto López Galindo, quien nos ha explicado detalladamente los fundamentos de las técnicas empleadas para el análisis de nuestras muestras: la difracción de rayos X y la fluorescencia de rayos X. A continuación nos ha mostrado los resultados de los análisis.
Con respecto a la difracción de rayos X hemos podido conocer los minerales más abundantes presentes en nuestras muestras y comprobar que la diferencia entre ambas muestras se debe a la presencia de hematites en la muestra roja. La conclusión más relevante es que nuestras rocas pueden ser lo bastante semejantes a las que mayoritariamente componen la corteza de planeta rojo como para ser usadas en nuestros experimentos.
A continuación hemos visitado los distintos laboratorios del Instituto donde se preparan las muestras y donde se llevan a cabo los análisis de difracción de rayos X y de fluorescencia de rayos X acompañados del doctor López Galindo y la técnico Amparo Salido. De ellos hemos aprendido cómo se procesan y estudian las muestras.
A partir de ahora, cuando recibamos los resultados definitivos, es nuestro momento. Será el momento de analizarlos detalladamente, de estudiar la bibliografía para conocer la composición de Marte y de este modo, ver cuánto se parecen y en qué se diferencian. Y a partir de aquí comenzar con los experimentos microbiológicos para ver la posible supervivencia de microorganismos en condiciones lo más parecidas posible, dentro de nuestros medios, a las de Marte.
Desde aquí nuestro agradecimiento a todos los que han hecho posible esta magnífica experiencia.
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