jueves, 18 de junio de 2020

Ciencia escolar en tiempos de coronavirus

Este año 2020 quedará grabado de un modo indeleble en nuestra memoria para el resto de nuestras vidas. ¿Quién podía pensar que viviríamos una pandemia que en tan solo unos meses llegaría a afectar a millones de personas en todo el mundo y a causar cientos de miles de fallecimientos? ¿Quién nos iba a decir que íbamos a acabar confinados en nuestras casas, cambiando sustancialmente nuestros hábitos de vida, qué dejaríamos de ir presencialmente a nuestro instituto y a desarrollar en tiempo record nuevos métodos con los que seguir desarrollando nuestro proceso de enseñanza y aprendizaje?
En este escenario, en el que teníamos que trabajar desde la distancia, era muy difícil imaginar que pudiéramos concluir aquellos proyectos de investigación que poníamos en marcha unos meses antes y para los que imprescindiblemente teníamos que utilizar nuestro laboratorio. El coronavirus nos obligaba a dejar allí nuestros microorganismos, nuestros cultivos, nuestros aceites esenciales, nuestros extractos vegetales y quizá también nuestra ilusión por concluir nuestros proyectos para este curso.
A pesar de todo ello, entre todos hemos demostrado que ante las situaciones difíciles aún nos crecemos más. No solo hemos podido avanzar en nuestras clases, sino que además hemos sido capaces de continuar con nuestra actividad investigadora desde nuestros hogares, volcándonos en otras facetas de la investigación científica: estudiar los resultados que teníamos hasta entonces, revisar la bibliografía, discutir nuestros hallazgos... e incluso embarcarnos en la última etapa de todo trabajo científico: dar a conocer y publicar los resultados.
El SARS-Cov-2 no ha podido vencer en esta batalla. Hoy se ha publicado en la página web de la Estación Experimental del Zaidín, centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas el número 9 de la revista High School Students for Agricultural Science Research, que incluye dos artículos elaborados por el alumnado de la asignatura de Anatomía Aplicada de primero de bachillerato de nuestro instituto, el IES Zaidín Vergeles. En uno de ellos se estudia el efecto antimicrobiano de los aceites esenciales de plantas; en el otro hemos investigado la actividad antibacteriana de extractos etanólicos en diversas plantas de nuestro entorno próximo. En ambos, nuestro objetivo era encontrar sustancias capaces de inhibir el crecimiento de bacterias patógenas de plantas.
Hemos tenido la inmensa satisfacción de formar parte de un número que también incluye los artículos que describen los resultados de otros proyectos desarrollados en la Estación Experimental del Zaidín en el marco del proyecto PIIISA y que tratan temas tan interesantes como la detección de secuencias CRISPR en bacterias, la producción de compost o el microbioma del polen del olivo.
Es el momento de agradecer al doctor Manuel Espinosa Urgel su dedicación tanto a la dirección de nuestro proyecto como al haber hecho posible la publicación de este número en tiempos tan complicados. Igualmente a la Estación Experimental del Zaidín, así como a nuestro instituto, por facilitar estas actividades tan necesarias para el desarrollo cientifico de nuestros jóvenes. Pero especialmente a nuestro alumnado, a nuestros chicos y chicas, que a pesar de las dificultades que hemos vivido, han sabido continuar con sus investigaciones y han sido capaces de plasmar su interés y su ilusión por la ciencia en estos dos excelentes artículos.



Se puede acceder al número completo de la revista y a las ediciones anteriores a través de estos enlaces a la Unidad de Cultura Científica de la Estación Experimental del Zaidín:
https://ucc.eez.csic.es/educacion-cientifica/high-school-students-for-agricultural-science-research/



4 comentarios:

  1. Mónica Carrascosa Sánchez 1º Bach A19 de junio de 2020, 8:51

    Bueno como ya se explica, en el mes de marzo debido a la pandemia mundial tuvimos que dejar las aulas y con ello, también, la parte experimental de nuestro proyecto de alternativas naturales (extractos vegetales y aceites esenciales) frente a bacterias patógenas de plantas. Lamentablemente, no pudimos realizar más experimentos ni hallar más resultados. Sin embargo, esta parte no es la única dentro de un proyecto científico como el nuestro y pudimos continuar con él, realizando incluso el artículo; del que estamos muy contentos y orgullosos de haber podido sacarlo adelante a pesar de todo lo que ha ocurrido en el mundo demostrándonos la importancia de los proyectos científicos.

    Esta parte fuera del laboratorio es tan importante como la experimental porque nos ha permitido interpretar todo lo que hemos ido obteniendo antes de que se decretara el estado de alarma, ir sacando conclusiones muy interesantes y descubrir nuevas cosas a través de la bibliografía y los resultados obtenidos. Todo esto gracias a que la tecnología nos ha dado la posibilidad de investigar, por ejemplo, sobre las características de las bacterias con las que hemos trabajado; y mantenernos en contacto todo el tiempo, a pesar de estar confinados, para discutir algunos resultados y poder terminar el trabajo final de este proyecto.

    Esta imposibilidad de continuar en el laboratorio, nos ha dejado propuestas de experimentos sin poder realizar cómo probar la actividad antimicrobiana tanto de los extractos como de los aceites esenciales frente a una planta que tenga una infección bacteriana o probar la actividad antiviral de ambas alternativas. Pero al no haber podido realizarlas este año, se pueden convertir en propuestas para nuevos proyectos de otros años a cerca de este tema tan interesante y del que queda mucho por investigar.

    En conclusión, el confinamiento; gracias a que teníamos ya experimentos realizados y como he dicho antes a la tecnología, no nos ha impedido parar por completo nuestra actividad científica, sino aprender a trabajarla de una forma diferente y también muy importante para un trabajo. Y ahora queda seguir investigando y proponiendo nuevas metas.

    Esta terrible pandemia que ha causado muchos problemas, también, nos ha enseñado a que todos juntos podemos conseguir grandes cosas y la importancia de la ciencia, de la tecnología y de investigar. Además, nos ha mostrado el valor de las cosas que consideramos insignificantes como es dar un paseo o estar en compañía, que hemos echado tanto de menos.

    Por último dar las gracias por dar la oportunidad de realizar un proyecto tan interesante y del que he aprendido y me he concienciado mucho sobre las alternativas frente a la resistencia antimicrobiana y, sobre todo, cómo trabajar en un proyecto científico.

    ResponderEliminar
  2. Una gran reflexión, Mónica. Ha sido genial trabajar con vosotros y espero que nos veamos el curso que viene algún día. Mucho ánimo a todos y toda la suerte en el futuro. Y ciencia, claro, que sin ciencia no hay futuro

    Manolo

    ResponderEliminar
  3. Antonio David Zamora Toro20 de junio de 2020, 10:38

    En la segunda semana de Marzo nos despedimos con la idea de volver después de dos semanas y reanudar todo lo que dejamos parado. Pero cómo pudimos ver la situación empeoró y era responsabilidad de todos frenar los contagios y empatizar con el resto de gente que estaba pasando por un mal momento debido a la pandemia.

    Nuestro experimento trata sobre la actividad antimicrobiana de ciertas plantas contra bacterias. Y a la vez vivimos una pandemia contra la que hacer frente. Es cierto que la pandemia está causada por un virus, pero justo en esta situación real podemos ver lo necesario que es el desarrollo tecnológico, la investigación científica, el conocimiento en cuanto a virus, bacterias, etc.

    Es cierto que una vez que se decretó el Estado de Alarma la parte experimental del proyecto cayó un poco en picado ya que no disponíamos de materiales para poder realizar estos experimentos individualmente en nuestras casas, pero el Estado de Alarma nos dio el tiempo necesario para poder sacar conclusiones, interpretar, observar todo nuestro recorrido en los experimentos.

    Proyectos como este ayudan a aprender, a desarrollar más conocimientos, a saber interpretar resultados, a buscar nuevas maneras de investigar, etc. Y como hemos visto esos aprendizajes no se quedan en el laboratorio donde hemos hecho experimentos, durante la pandemia hemos ido viendo que también sabemos llevarnos esos conocimientos a la práctica, que tenemos un poco más de autocrítica en cuanto a un antibiótico por ejemplo.

    Tenemos la suerte de contar con ayudas como la de nuestro profesor Antonio Quesada o la del investigador Manuel Espinosa, ya que gracias a ellos tenemos oportunidades como esta que hacen que poco a poco maduremos un poco más.
    Gracias a ellos tenemos la posibilidad de aportar un pequeño grano de arena a la divulgación científica a través de una revista, pero también boca a boca cuando contamos qué hemos hecho a la gente de nuestro círculo.

    ResponderEliminar
  4. Un año más finalizamos el curso, pero esta vez de una forma totalmente distinta y algo más fría.
    Ha sido un curso que jamás olvidaremos, desde el principio hemos tenido un ambiente estupendo, el cual ha continuado incluso desde nuestros ordenadores.

    De la cuarentena nos hemos podido llevar grandes experiencias que nos han hecho crecer como personas y como científicos en este caso mucho más de lo que pensamos.

    Nadie se esperaba que esto sucediera cuando empezó el año, todos teníamos grandes esperanzas y planes que probablemente se han visto arruinados debido a este virus. Pero, si lo pensamos, las cosas más inesperadas son las que más nos ayudan a evolucionar y a fortalecernos.

    Dar clases desde casa y no tener que ir al colegio para muchos puede que haya sido un sueño hecho realidad, pero para mí y muchos de mis compañeros sé que ha sido algo realmente complicado ya que, en clase, nos esperaban grandes momentos como puede ser la Semana de la Ciencia y muchas cosas más como este proyecto, el cuál se quedó en nuestro laboratorio a medio acabar.

    Personalmente creo que hemos conseguido resolver todas estas adversidades de la mejor manera posible y siempre con buena actitud pero sé que sin la ayuda de nuestro profesor no lo habríamos logrado ya que siempre ha estado dándonos ánimos y siendo muy comprensivo debido a las circunstancias.
    Tenemos que agradecerle muchas cosas a él, a Manolo y a la estación experimental del Zaidín por colaborar con nosotros y darnos esta gran oportunidad que es vivir un proyecto como este y llevarlo a cabo con nuestras propias manos.

    ResponderEliminar